Nutrición
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Engordar comiendo ensaladas
De las primeras cosas que se nos vienen a la cabeza cuando empezamos un régimen alimentario es empezar a comer ensaladas. No es mala idea, yo mismo ceno una ensalada casi cada noche. Son rápidas de preparar, se pueden hacer muy sabrosas y habitualmente son sanas y tienen pocas calorías. Muy importante el «habitualmente», porque si no miramos lo que les echamos, podemos engordar comiendo ensaladas.
Lo primero de todo quiero dejar claro que con este post no quiero decir que no haya que comer ensaladas, ni mucho menos. Bien hechas, son una magnífica fuente de nutrientes, vitaminas y agua con la que conseguir nuestros objetivos físicos.
Además, es un plato muy agradecido ya que admite de todo: verduras, frutas, legumbres, frutos secos, carnes, pescados… Así que dejad de imaginaros una ensalada como un mero bol de lechuga.
Pero no estoy aquí para hablar de los beneficios de las ensaladas, aunque solo de escribir este post me está entrando hambre, sino de engordar comiendo ensaladas.
Los aliños: contrólalos para no engordar comiendo ensaladas
La forma en la que aliñamos nuestras ensaladas, muchas veces, nos pasa completamente desapercibida, pero es sumamente importante tanto para darle sabor como para determinar su número de calorías. Ya sabéis que la cantidad de calorías que ingerimos y quemamos durante el día es determinante cuando nuestro objetivo es perder peso.
Desde ya os digo que todo lo que lleve el nombre de salsa no es del todo recomendable. Aquí estoy hablando de la salsa césar, salsa rosa y ya doy por hecho que no le estáis echando mayonesa a la ensalada ¿verdad? ¡Como lo hagáis alguno me enfadaré! Si lo que buscamos es adelgazar, tenemos que tener muy claro que este tipo de alimentos hay que limitarlos mucho. Ya sabéis que a mí no me gusta eliminar ninguna comida, pero sí restringir. Por ello, si queremos hacer de nuestras ensaladas una de las bases de nuestra dieta no podemos aliñarlas con este tipo de salsas.
Deja de echar azúcar a la ensalada: los vinagres balsámicos
Como en España tenemos refranes para todo, hay uno que dice: la ensalada bien salada, bien aceitada y poco avinagrada. Bueno, yo os lo voy a retocar un poco a: la ensalada con una pizca de sal, poco aceite, pero de calidad, y con un vinagre sin azúcar. Realmente, el vinagre de Módena se consigue tras un mínimo de maduración en barrica de 12 años. ¿Consecuencia? El verdadero es realmente caro. ¿Solución? Vender cremas balsámicas añadiendo azúcar al vinagre para que salga mucho más económico y además cree adicción.
Algún día os hablaré de los maravillosos efectos del azúcar en nuestro cerebro, pero ahora me voy a centrar en los vinagres balsámicos. De media, esas maravillosas botellitas que nos venden en los supermercados tienen 15 gramos de azúcar por cada 100ml. Para que os hagáis una idea, sería lo equivalente a 15 terrones de azúcar por cada una de esas botellas de ‘vinagre de módena’. Algo que se vuelve todavía más exagerados si lo comparamos con la cantidad de azúcar de otros vinagres como el de vino o el de manzana, que es 0.
Ensaladas bajas en calorías – Las especias: tus grandes aliados
Con lo que he escrito en los dos apartados anteriores alguno se estará echando ya las manos a la cabeza. ¡No os preocupéis! Antes de utilizar el cuchillo con el que estabais empezando a trocear los tomates para cortaros las venas, dirigid vuestra mirada hacia los botecitos con tapas de agujeros. ¿Los que solo usa tu madre? Esos. Las especias son muy útiles para darle alegría y sabor a cualquier comida.
¿Que las ensaladas son sosas? ¡Prueba a echarle especias! Jengibre, ajo y cebolla en polvo (estas tres son las que mas uso), pimentón, cúrcuma, orégano (para que os sepa a pizza)… Solamente dejad volar vuestra imaginación.
Espero que os haya resultado interesante y útil este post sobre engordar comiendo ensaladas. Cualquier duda podéis dejarlas en los comentarios o ir a mis redes sociales. Os espero en próximas publicaciones.
¡Hasta pronto majos!
